Un blog donde el peruano de a pie y no de a blog encontrará todo lo que necesita saber sobre Alan García y cómo acabar de una vez por todas y para siempre a los perros del hortelano.

domingo, 5 de julio de 2009

Gracias Mercedes




Mercedes es una vieja amiga y una verdadera compañera de ruta. Por eso no puedo dejar de agradecer el trabajo que ella ha venido realizando en la cartera del Interior, buscando que nuestra gloriosa policía tenga el respeto que se le merece en las calles. Ahora cuando se ha descubierto que detrás de las andanadas de conflictos se encuentran los intereses de nuestros enemigos del exterior, el pueblo sabrá reconocer el trabajo de Mercedes y lo valorará con el tiempo.

Gracias, Mercedes, por el trabajo y el tiempo brindado a tu patria. Que Dios te recompense.

Saludos fraternos.

9 comentarios:

  1. se va la caradura!!! que bien! si por menos en el gobierno de Toledo se tumbaron a un ministro, como podria ser posible que ella se quedara en su cargo siendo responsable de la muerte de policias y cuidadanos peruanos (nativos, pero peruanos).

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  2. hay alguien que no está tomando su litio antes de escribir.....

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  3. La internet es ingrata. Escribamos en una roca, a lo inca, los nombres de los grandiosos politicos que acompañaron a nuestro valiente presidente... y más abajito a los muertos que causaron porque "el fin justifica los medios"

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  4. jummy!!! eso no sabia. era mejor que se retireada porke su imagen esta hasta las wii! jeje espero ke escojan a alva castro" jejeje

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  5. ya era tiempo de que se vaya. le hizo mucho dano al partido.

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  6. ¿¿COMO?? ¿Gracias Mercedes? Oe Alan, recuerda que no votamos por ti (ni por el APRA) sino CONTRA Humala...ponte serio!

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  7. ah? ke tarao esere brother..como ke votar en contra? io BOTE EN BLANCO!

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  8. Laaaaaaaaaaaaaaaargate caradura!!!

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  9. Señor Presidente:
    Existe una persona muy importante que está a su alrededor. No es un asesor contratado, tampoco es un guardaespaldas porque no usa chalecos antibalas ni está luchando por resguardarlo de quienes pretenden dañarlo, no tiene horario y pese a eso, nunca se queja. El no recibe sueldo, trabaja ad honorem, no está pidiendo gratificaciòn de julio y mucho menos piensa en una pensión cuando se jubile, porque nunca lo hará.

    Es una persona extraña.
    Muy pocos lo conocen y por eso lo critican.
    No le importa el qué dirán y mucho menos lo que piensen quienes no le conocen, quizás por eso mismo lo desprecian porque son muy pocos los se deciden en dedicarle su tiempo para establecer una relación intima y conocer su corazón. Hay mucho de pasión en él: cuando encuentra a alguien valioso se entrega con todo a formarlo y moldearlo hasta llegar a convertirlo en una piedra preciosa para sus propósitos.

    Es un conquistador, un conquistador de almas que nunca se rinde. Siempre está allí, junto a usted, desde que se levanta en las mañanas hasta el último minuto de su agitado día. Lo acompaña en su diario caminar, en sus momentos de presión y en sus momentos de descanso; en los momentos de tomar decisiones importantes -cuando está rodeado de ministros y consejeros- y en aquellos donde disfruta, en total privacidad, el saborear un delicioso turrón hecho en casa, en un café de la gran Lima.

    Lo que nadie nunca podrá refutar es que se trata de un gran caballero, que respeta la opinión de los demás y no entra donde no lo invitan. Pero cuando le abren la puerta, el ingresa con todo y nunca se da por vencido. Se trata de un ganador, de un campeón, de un conquistador dispuesto a hacer lo que sea si alguien se lo pide y cree en él. La fama no lo desvía de sus caminos, él lo sabe todo, lo conoce todo y nada lo toma por sorpresa. Se trata del mejor aliado que un dignatario puede tener. Una persona fiel que nunca traicionará pues nada le importa más que el éxito de sus elegidos. Su fama y prestigio se mide por los éxitos de sus súbditos.

    ¿Sus nombres? Creador del Universo, Santo de Israel, Jehová de los Ejércitos, Dios de Imposibles, el Gran Yo Soy.

    ¿Qué busca? Corazones adoradores y agradecidos; vidas rendidas a sus pies y hombres y mujeres decididos a conquistar nuevas tierras.

    Y, aunque nuestros ojos no lo puedan ver, sabemos que está aquí, en esta tierra santa que nos vio nacer y en medio de muchos peruanos que decidimos dejarlo todo (nuestras prioridades) por hacer su voluntad. A él, queremos agradecer su fidelidad con nuestra tierra, a él le queremos decir un GRACIAS DIOS por tus bendiciones de cada día y por las que vendrán. A él anhelamos darle las eternas gracias a través de su mensaje presidencial.
    Con afecto

    Liliana Valdivieso Paredes
    lilivaldi@hotmail.com

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